Paso rapido, desapercibido, como si la naturaleza tambien tuviera apuro. Nos quedamos sin la ambrosia de sus colores; ocres, amarillos intensos, rojos, escarlatas.
La caida prematura de las hojas, es como si no alcanzaron a madurar, nos dejo sin ese paisaje.
Un poco como nos pasa a los argentinos, sin madurar, vemos pasar nuestras vidas sin ver la aberracion cromatica de la realidad que nos rodea.
Esta vez, la paleta quedo huerfana de matices. La hojarasca marchita tapiza la calle, y algun que otro remolino de viento las levanta, como si quisieran volver a las ramas desnudas.
Ramas vacias, alargan sus sombras; sombras que siempre nos persiguen a los argentinos y dibujan en blanco y negro nuestro destino. Destino sin brillo, sin gracia sin colores.
El desgano matinal, se transformaba e iluminaba el dia con su variedad de matices, el rocio titilaba en el follaje. Hoy nuestra naturaleza, nos describe una maniana opaca, y un dia despues de maniana desolador.
Les dejo un abrazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario